PALOMO
Un día estábamos en una campaña de esterilización en el parque principal en el kiosko del centro de Tizayuca, y ahí lo vi, sacado de onda, sorprendido, asombrado, preguntándose y que onda a donde se fue mi familia y por que me dejaron aquí sólito buscando sin duda a sus dueños. Le hacía cariños a todos y se quería subir a todos los autos. Sin dudarlo me fui a acariciarlo y darle croquetas y él bien amoroso sin problema se dejó agarrar y desde ese momento está conmigo y es el más bueno de los perritos, muy fiel, leal, protector e incondicional.