CORAL


Coral es una fantástica perrita talla mediana (21 kg), en busca de un hogar y esta es su historia.
El 24 de agosto de 2024 el equipo de un refugio recibió un reporte: una perrita atropellada estaba muriéndose de dolor en una comunidad cercana. No podía caminar y lloraba sin control. Decidieron actuar.
La llamaron Coral y rápidamente la trasladaron al veterinario. El diagnóstico: fractura expuesta de fémur y luxación sacroilíaca. Los doctores se centraron en prepararla para la cirugía de fémur, que finalmente tuvo lugar el 26 de agosto y que fue pagada gracias a donativos.
Coral guardó reposo hasta mediados de octubre, cuando empezó con pequeños paseos. Pero la luxación sacroilíaca aún no estaba resuelta y no apoyaba la pata. Intentaron con terapia unas semanas, pero no lo lograron.
No hubo de otra: el 10 de enero Coral ingresó a cirugía por segunda vez. Era tal el daño por el atropellamiento en la unión de la cadera con el fémur que tuvieron que decapitar este último hueso. La patita de Coral se volvió entonces de palito, algo que la marcaría por fuera para siempre. Por dentro, en cambio, Coral era la misma: pura diversión.
Otro periodo de espera, más largo que el anterior, en jaula médica, desesperada por salir, rompiendo cuanto collar isabelino le ponían. Coral quería correr, explorar, pero tenía que guardar reposo. ¿Cómo explicarle?
Pasó enero, febrero y marzo así, hasta que en abril, por fin, pudo retomar actividad.
Desde ese momento, todo ha sido una fiesta. ¡Adora pasear! Con su patita de palo, como una pirata, va por ahí y por allá.
Es una perrita simpatiquísima, muy cariñosa, argüendera, ladradora, ¡toda una rockstar! Le encanta el apapacho y ser el centro de atención. Al principio es algo territorial con otros perritos, pero cuando toma confianza, es sociable y sangreliviana.
Está vacunada, esterilizada y desparasitada y merece mucho más de lo que el refugio puede darle: merece un hogar verdadero.
¡Cambia su vida! ¡Aplica para adoptarla!
Fotos: @elweydelosperros.