BIGOTES

Bigotes busca una familia para jubilarse y por fin retirarse de las calles.
Desde que lo conozco, hace unos cuatro años, Bigotes era el perro guardián de las calles aledañas a mi casa.
Es el perro comunitario más trabajador y agradecido que he conocido, también es muy inteligente.
Cuenta la leyenda que alguna vez tuvo un dueño, que vivía en esta misma colonia, en el patio de la casa de un señor mayor y que cuando esté murió, la familia echó a Bigotes a la calle.
Ya es grande y otros perros lo han mordido y golpeado en más de una ocasión, por lo que decidimos resguardarlo en casa y ayudarle a encontrar el hogar que se merece.
Después de casi dos meses, Bigotes es completamente otro perro, tan acostumbrado a la vida en casa que hasta parece que ha dormido en el sillón de mi sala desde que nació.
Ya sabe caminar con correa y esperar para salir al baño, la hora de la comida es su momento favorito del día y se emociona como si jamás hubiera visto un plato con croquetas.
Sale dos veces al día a dar su rondín de vigilancia, va súper atento todo el camino.
Busca una familia que lo ame y lo cuide, que le permita compartir en todos los espacios del hogar y acompañarles en su día a día, es muy feliz echándose a dormir junto a ti mientras lavas los trastes, le gusta contemplarte desde su camita mientras trabajas en la compu y se asegura de interrumpir para pedir cariños cada tanto.
Es también muy bien compañero para la vida fit, ama salir a caminar o correr y lo de trepar cerros es definitivamente de sus actividades favoritas, aunque ya se cansa pronto.
Es un perro adulto que a pesar de todo, confía en las personas y les ofrece su amor sin importarle nada más.
Tiene mucha vida y energía todavía, pero ya no es apto para sobrevivir en las calles.
Está esterilizado, desparasitado y vacunado, nosotros lo llevamos hasta su nuevo hogar.