ALBERTA



Alberta fue rescatada por personal de un refugio en septiembre de 2022: estaba tirada al borde de una carretera, con mucho dolor, dentro de una cuneta sucia. Alguien le había dejado comida y ni siquiera había probado bocado. Con ayuda de agentes de Protección Civil y un tranquilizante, pudieron sedarla y llevarla de urgencia al veterinario. Tenía los pulmones colapsados, oxigenaba alrededor de 83 y además había múltiples fracturas: pata delantera derecha, cadera y pata trasera derecha (presentando esta última una herida abierta llena de gusanos). Seguro la habían atropellado. La internaron inmediatamente para estabilizar su sistema respiratorio. Poco a poco Alberta mejoró, hasta que diez días después pudo llegar al refugio.
Pasó el tiempo y empezó a tomar confianza, movía la colita y se alegraba de ver a la gente. En octubre, cuando hubo ganado un poco de peso y salud, intervinieron por primera vez su cadera. Luego, a finales de enero, lo hicieron por segunda vez. Y así, tras mucho reposo y mimos, Alberta por fin pudo volver a caminar.
Después se dieron cuenta de que el atropellamiento había tenido complicaciones más allá de los huesos: problemas de incontinencia, no podía cerrar su anito bien e iba dejando bolitas de popó por donde pasaba. La sometieron a una tercera operación, esta vez para solucionar este problema. Tras caminatas diarias como terapia, Alberta ha ido mejorando y la incontinencia ha prácticamente desaparecido.
Es una perrita algo tímida, pero muy dócil y agradecida. Su amor por la vida es gigantesco. Le encanta mirar el cielo y sentir el aire libre. Es talla mediana-chica (pesa alrededor de 10 kg). Está esterilizada, vacunada y desparasitada.
Ansía encontrar un hogar seguro, donde la adoren tal cual es, donde le tengan paciencia, donde la quieran por sí misma, donde no se rindan y se comprometan con ella para siempre.